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lunes, 17 de noviembre de 2008

Promesas rotas (parte II)

Camino, sola y en silencio, bajo la lluvia,
y sé que el camino ya no importa,
sólo es eso.
Ando, avanzo sin pensar en lo que hago,
mezclando lágrimas con agua,
sintiendo el frío dentro.
Producto de la culpa y el resentimiento, es este vagar incierto
por parajes desiertos y muertos.
Tan sólo mirar hacia atrás hace daño,
pensando que esto nunca va a acabar, sufriendo.
Sin pensamiento, sin voz, sin vida, sin alma, sólo siento,
perdida en este mar de dudas.
¿Qué será de mí cuando el tiempo pase y me quede a oscuras,
cuándo pierda la poca cordura que me queda?
Llorando lágrimas de sangre vivo, sin gloria ni pena, sintiendo.
Vacía, yerma,
heridas de bala en mi cabeza, hueca por dentro.
Sólo queda el rezar, quizás. ¿Para qué si nadie me va a escuchar?
Si cada uno va a su bola, vivo sola, muero sola
con ayuda del que estuvo a mi lado y ya no está, dando por perdida la esperanza.
¿Para qué soñar si nunca haré mis sueños realidad?
¿Para qué arrancar flores que se marchitarán?
Gris realidad en mis líneas, pensamientos en voz alta que nadie leerá, que morirán, que llorarán sin consuelo en las negras esquinas de mi soledad en compañía, de mi búsqueda encontrada y perdida, de mi invierno en primavera...
Cierre y despedida, con el alma herida ahora ya vacía en busca del consuelo... aunque quizá nunca llegue.

Para tí, que nunca leerás esto, a quién prometí ser feliz en todo momento.

2 comentarios:

  1. Comento en esta pero conste que va por las dos partes del texto...como siempre esta estupendo, con un toque propio tuyo que demuestra el tipo de literatura que prefieres....sigue asi, y, por cierto, no tienes nada que envidiarme...

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  2. Muchas gracias, pero en realidad sí, preguntale a tu amiguito David Javier...Jejeje.
    Si de las penas como las tuyas salen textos así, te cambio mi sufrimiento por el tuyo... es más productivo.
    Espero por la siguiente entrada.
    Suerte

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