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sábado, 28 de abril de 2012

Dignidad






Matadme.
Ahora mismo, con sigilo.
En las sombras de la noche, matadme.
Que mi muerte sea violenta.
Que sea contraria a mi vida.
No podría soportar una muerte luminosa, una muerte digna.
Digna, como toda yo.
Digna.
¿Qué significa eso? ¿Tengo dignidad?
Ni siquiera me soporto, ¿tengo dignidad?
Es más, ¿todavía existo?
¿Queda algo en mí que pueda estar más pisoteado y hundido?
Da igual.
Me arrastraré por el fango.
Todo en lo que creo ha muerto.
¿Creer? ¿Qué es eso?
¿Vivir? ¿Eso existe?
Vivir...
Mátame...
Ahora mismo, con sigilo.
En las sombras de la noche, mátame.

martes, 24 de abril de 2012

El sabor de la resignación



Oigo los pedacitos de mi corazón amontonarse sobre la mesa.
Uno a uno.
Pieza a pieza.
Oigo como se desquebrajan y se convierten en arena.
Y la arena en polvo.
Y el polvo en nada.
Y desaparece con él mi esperanza.

Oigo los crujidos de mis entrañas abriéndose como el mar.
Poco a poco.
Minuto a minuto.
Oigo como se desborda mi alma por sus recovecos y se pierde en la nada.
Y la nada se consume.
Y la vela se prende.
Y mi luz se apaga.



Oigo los huesos rompiéndose bajo el peso de los años.
Trozo a trozo.
Segundo a segundo.
Oigo como se hace trizas la estructura de mi alegría.
Y se convierte en tristeza.
Y la tristeza se enquista.
Y se evaporan las lágrimas.

Oigo mis proyectos fallidos precipitar sobre mis hombros.
Hoja a hoja.
Palabra a palabra.
Oigo mi ilusión astillarse de tantos golpes contra el suelo.
Y se ablanda la alcoba.
Y se moja de sangre la tela.
Y se nubla de gris la inocencia.

Baila, baila en la ciudad sin ley.
Baila entre los escombros de la moral.
Baila.

viernes, 20 de abril de 2012

A la política (Lamento interno por esta España mía, esta España nuestra)


A todos los políticos que queréis que deje de pensar, sabed
que no podréis callar con leyes la voz de la razón,
este sistema que tanto cuidáis va a perecer
por mucho que intentéis silenciarnos con "educación".


Moveremos cielo y tierra por lo que consideramos justo
no dejaremos de leer a los que ya pasaron por esto
y aprenderemos de sus errores a encontrar el punto exacto
en el que la libertad no sea un sueño en vano.


Podréis encarcelar este cuerpo mío sin fuerza
no hay suficientes muros para encerrar esta avalancha
dormid apaciblemente sobre el dinero mientras esta marea
sumerge y purifica vuestras mentiras enfangadas.


Y mi querida amiga democracia, ¿dónde estará?
¿Se fue de vacaciones o al perder su dignidad se quiso suicidar?
No alcéis la bandera soberana que nuestros nombres grabarán
porque el rojo de sus líneas con vuestra sangre pintarán.


¿Y la verdad dónde espera?
Se le ha impuesto toque de queda
y está bajo sumario, por si hay que encerrarla con llave
en el fondo de un armario.


¿Hasta cuándo aguantará el pueblo español,
hasta cuándo aguantará?
Hasta que para comer tengan que robar,
hasta que para vivir tengan que matar.


Hola. La verdad es que me considero apolítica.
No me gustan estos temas, creo que sacan lo peor de nosotros mismos, como el fútbol o la religión (bonita comparativa, verdad).
Pero están empezando a darme donde me duele.
Están amenazando mi educación, lo único en lo que creo.
Están tratando de quitarnos la libertad.
Pretenden que vivamos a su modo, que aceptemos mansamente nuestro "pobre" destino, que nos apoyemos en la religión que calla nuestras bocas con el futuro incierto y la esperanza de una vida mejor.
Todo lo que nos rodea son sus herramientas.
La televisión, el fútbol, el consumismo capitalista...
Pronto hasta el internet será de ellos.
Quieren convertir esto en una dictadura de nuestras mentes.
Temo seriamente caer en la inactividad que me caracteriza, el carácter que ellos esperan de nosotros.
No buscar problemas significa no quejarse, y muchas veces solo vemos la primera parte de la frase.
Quieren cerrarnos los oídos.
Si no pueden, nos cerrarán los ojos.
Y si no pueden tampoco silenciar nuestras bocas tras dejarnos ciegos y sordos, ya se encargarán de pegarnos un tiro y que todo parezca un accidente.
Pretenden echar mano del mal uso que hemos hecho de los servicios (no neguemos que somos unos egoístas y unos ansiosos aprovechados) para justificar el abuso que van a hacer al privatizarlos.
Triste realidad, no tengo dinero para pagar mi educación.
Así que no puedo dejar que esto ocurra.
No tengo la culpa de haber nacido pobre, mi mente no tiene la culpa, quiere desarrollarse, quiere llegar lejos y ayudar a los demás y va a tener que quedarse pensando en que no puedo llevarme la cuchara a la boca porque estará vacía de lo que me han quitado.
De lo que no me han dado.
Y así vamos.
Odio reconocer que nos ven como objetos, que somos un tornillo o un destornillador en la obra de la casa de lujo que se quieren construir.
Así que haré lo único que puedo, escribir.
Escribir para que nadie me lea.
Escribir cosas que otros que lo viven más lo dicen mejor.
Pero cada uno a su manera se libera.

sábado, 14 de abril de 2012

Y, mientras, llueve...

Me golpea la dura realidad.
Llueve dentro de mí y todo está frío.
Cierro los ojos y me veo ahí, de pie, reprochándome tantas cosas con la mirada...
Llueve porque estoy sola...
Llueve porque no es suficiente...
Llueve...
Y no sale el sol, porque el sol quema...
Quema la lluvia, quema la ilusión, quema la esperanza.
Y llueve...
Ya me he quitado mucho lastre, ya he perdido muchos compañeros y aquí estoy...
Lloviendo por dentro.
Se me escurren las lágrimas entre la lluvia, lágrimas que no tienen motivos para llorar.
Ya no quiero avanzar.
No soporto esa silueta frente a mí, la sensación de que he nacido siendo adelantada por esa sombra...
Así que no quiero avanzar.
No es que acepte mi derrota, es que me niego a terminar la carrera.
Y aquí sigue lloviendo.
Y mi mundo se llena de agua y se ahoga...
El mundo se vuelve azul y pesado...
Ahí sigo yo, reprochándome todo...
Pero me convierto en burbujas y desaparezco.
Todo se llena de agua. Agua, yo, agua...
Y llueve...
Y no dejo la lluvia salir...
Porque no quiero que el mundo vea mi realidad.
Y mientras dentro llueve, afuera hace sol. Nadie ve el agua en mis pupilas.
No sienten el desborde.
No notan el vacío.
Y me hundo en la lluvia...
Me hundo en una lluvia que nunca termina. Una lluvia de la que nunca saldré.
Nunca sabré lo que es no estar mojada de dolor, hundida en el resentimiento, perdida en la azulada oscuridad.
Me ahogo.
Sé que no puedo salvarme...
No puedo ser un pez, no puedo ser agua ni aire...
Solo puedo ser un vaso opaco lleno de agua...
Y, mientras, llueve.

miércoles, 11 de abril de 2012

Inside (Tras la línea) ll 2 ll


“¡Vamos, vamos, traed el oxígeno! ¡Hay paro cerebral y cardiaco! ¡Necesitamos ayuda! ¡YA!”


La luz es muy fuerte para una unidad de cuidados intensivos, ¿no?
Ni idea. No hemos estado nunca en ninguna, querida.
¡Anda! Pues sí, es verdad. Qué pena que no podamos abrir los ojos, ¿verdad?
No creo que fuera nada digno de ver. En fin… Siento un tubo metido por la garganta, pero no tengo ganas de vomitar. Raro, ¿no?
Menos mal que no puedo ver todas esas agujas clavadas en nuestro brazo. ¡Ugh! ¡Qué asco!
Vamos, vamos, tampoco es para tanto.
¡Lo dices porque tú quieres ser médico!
Y tú jardinera, pero me temo que con las dos en el mismo cuerpo, me voy a tener que alejar de los quirófanos.
¿Pero a ti no te gustan las flores?
Me dan un poco igual, la verdad. Me aburren.
Un momento… ¿Quién regará las orquídeas?
Ya las regará mamá.
¿Crees que se acordará? Es muy despistada.
Bueno, no pasa nada. No va a ser el fin del mundo porque se te mueran unas orquídeas.
¿Qué pasa?
Tampoco va a ser el fin del mundo si nos morimos nosotras, ¿verdad?
Bueno, es lo que tiene. El mundo solo se acaba para nosotras dos.
Hay mucho silencio. ¿Y papá? ¿Se lo habrán dicho ya?
Supongo. Parece que ha pasado mucho tiempo desde que nos chocamos.
¿Nos dolió?
No me acuerdo. Eso fue que no nos enteramos.
¿Cómo habremos quedado?
¿Eh?
La cara, el cuerpo en general… ¿Nos faltará algo?
No sé. Ahora mismo no siento el cuerpo.
¿Y si nos quedaran cicatrices para siempre?
Creo que si seguimos vivas podemos darnos con un canto en los dientes.
¿Y si hemos perdido las piernas?
¿Qué?
No sé si querría despertar si vamos a vivir para siempre en una fea silla de ruedas.
No digas tonterías, todavía no sabemos nada. Agorera…
Solo hemos sentido bien la boca. ¿Y si nos hemos quedado tetrapléjicas?
Anda, calla. Deja de pensar en eso, ¿sí? Todavía no sabemos nada.
Tengo miedo.
Calla.