Páginas

miércoles, 22 de abril de 2009

¡Por favor, comentar! Fragmento, espero que os guste!!

Me había metido en un lío de los gordos. Si el panoli me ganaba, podía empezar a despedirme. Yo no quería conocer la ira de Sacha… por el momento.

Empezó él a jugar.

Para mi mala suerte, en la primera tirada cayeron dos bolas.

Yo no estaba muy fino. Estuvimos muy empatados todo el rato, y eso que Sach mantenía la concentración de Tom muy lejos del tapete.

En la quinta o sexta tirada me di cuenta de que él no necesitaba demasiado la vista para jugar.

A cada minuto que pasaba veía más cerca el final, estaba a punto de perder.

No hubo una remontada espectacular, como en las películas.

Perdí.

No sé como Sacha no aprovechó ese momento para arrancarme la cabeza allí mismo.

Intenté razonar con el tal Tom, que ya estaba celebrándolo con el compañero.

Le sonreía descaradamente a Sach, que ocultaba su enfado como podía.

Tom se acercó a ella, mientras Gary me daba un par de palmaditas en la espalda.

-Vamos, vamos, no creo que te la pueda quitar ni con todas las citas del mundo. Tú tienes pinta de ser un niño bien, con pasta y un curro fino, y además eres muy guapo. Tom no tiene ni dónde caerse muerto. No te hace la competencia.

La verdad es que llevaba razón.

Si Sach prefería eran las camisetas negras de grupos de heavy metal antes que mis impolutas camisas de marca, tenía un grave problema.

-Bueno, ¿cuándo te viene bien, preciosa?

-Cuando tú quieras. Siempre que sea pronto.

Tom se sonrió. Se creería que la tenía en el bote porque quería una cita cuanto antes, pero lo que él no sabía es que lo que ella quería era quitárselo de encima cuanto antes.

-¿Mañana por la noche?

-Ajá. –Ella no sabía a dónde mirar. Jugaba con su pelo como si estuviera acostumbrada a que la acosaran de esa manera constantemente. –Quedamos aquí a las nueve, ¿de acuerdo? Sorpréndeme. –Se levantó, dio media vuelta y echó hacia atrás la melena con elegancia. –Vamos, Chris.

La seguí como un tonto, mientras Tom se abanicaba con la mano, seguro de su victoria y decía:

-¡Dios, qué calor! Esa chica es la bomba.

Necesitaba aire fresco. Aún no había asumido la derrota.

Ayudé a Sach a ponerse la chaqueta, que era ajustada y le llegaba hasta la cintura, de color rojo chillón.Muy favorecedora.

-Vayamos a dar una vuelta. –Me sorprendí de semejante propuesta, pero quizás quería echarme la bronca sin testigos.

Me puse a su lado y la seguí. Me llevó hasta el centro, pero como era de noche y entre semana, las calles estaban vacías.

-Lo siento. Pensé que podría ganar y…

-¿Qué más da eso ya? Has perdido y punto. –Tenía la vista fija en el suelo, pero no porque estuviese triste, sino porque estaba pensando. A diferencia de otras veces, no me costaba seguirle el paso. –No quiero que hablemos de eso. Iré con él mañana a donde quiera llevarme y no volveré a concederle otra cita, eso es todo. ¡Ah, una cosa! Recuérdame que no vuelva a confiar en tus habilidades como jugador de billar. Son pésimas.

Nos reimos a la vez y luego nos quedamos en silencio, andando el uno junto al otro, sin decir nada.

martes, 21 de abril de 2009

Nota de suicidio de Kurt Cobain

Para Boddah:


Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiria ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería de ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk-rock que he ido siguiendo a lo largo de estos años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiendola, ni siquiera haciendo Rock'n'Roll. Me siento increiblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del publico, a mi no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchisimo. De echo no os puedo engañar, a ninguno de vosotros. Simplemente no seria justo ni para vosotros ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créme Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En estas tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la fustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mio! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho a como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general... Sólo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente.
Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente.

Paz, amor y comprensión.

Kurt Cobain

Frances y Courtney, estaré en vuestro altar.

Por favor Courtney, sigue adelante, por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!