Páginas

jueves, 3 de mayo de 2012

Lo que me hace sentir [The Pretty Reckless - Under the water]



Hola, mamá.
Hace mucho que no soy capaz de sonreír.
Sé que no lo sabes.
Sé que no te das cuenta.
Nunca le diste mucho peso a esas cosas.
Nunca me tomaste en serio.
Estoy esforzándome mucho por complacerte.
Todos los días me repito a mí misma lo que no tengo que decir, como tú me dijiste.
Tengo cuidado con mis expresiones, para no ser violenta, para no mostrar lo que siento en realidad.
No quiero preocuparte, así que no te digo que me muero de pena.
Tienes demasiado con lo tuyo como para que encima cargue mi peso sobre ti.
Por favor, no llores.
Es lo único que te pido.
Tú dices que no te he decepcionado nunca, pero no puedo creerte.
No puedo creerte porque siempre tienes algo que reprocharme.

Hola, papá.
Sé que nunca me escucharás.
Eres ajeno a lo que me pasa, tienes un trabajo muy duro y es muy difícil últimamente.
Cada vez que te veo con un golpe nuevo o una herida que antes no estaba siento un ramalazo de culpabilidad.
No te pagan, o no te pagan lo suficiente para lo que tienes que sufrir.
Me hace feliz que te rías cuando te digo cómo me ha ido el día, pero nunca te diré lo que me pasó.
No tengo valor para contarte todo eso sin importancia.
Solo quiero que me veas y seguir siendo tu niña, eso es todo.

Hola, hermana.
Siempre he querido tener tu fuerza y tu alegría.
Cuando estás a mi lado me anulas y no sé cómo actuar... Me siento una completa extraña.
Sé que me quieres y que me defenderías de cualquier cosa...
Pero no estamos destinadas a entendernos.
Te ríes de lo que me importa, no comprendes mis valores...
No te das cuenta de que estoy llorando ahora mismo y estás a mi lado.
Quiero que seas feliz... Tú te libraste del molesto influjo de mamá... Y estás llena de amigos, todos te quieren...
Me gustaría ser un poco como tú.

Hola, vosotros.
Los que os reísteis de mí e hicisteis de mi dolor vuestra alegría.
Sabed que habéis triunfado.
Por mucho que capee la tormenta en la que me habéis metido, siempre me acaba hundiendo.
Espero que todo os vaya bien, ya que habéis hecho trizas cualquier resquicio que me quedara de esperanza.
Enhorabuena, ahora viviré para siempre con miedo.
No puedo escapar de mí misma, os lo agradezco.
Para cuando queráis sacar la espada que me clavasteis, ya no quedará corazón para salvar.

Hola, mi amor.
Sé que estás leyendo y te diré una cosa: no merece la pena deprimirse conmigo.
Esto siempre será así.
El dolor compartido no es menos dolor, querido, porque no es compartido.
Yo sufro igual, solo que ahora sufres tú también, y eso también me repercute.
Así que el dolor compartido se multiplica.
Y han ido tantas cosas mal últimamente...
No sufras.
No mereces sufrir por mí, ni tú ni nadie.
He nacido así y no creo que exista un pegamento lo suficientemente fuerte como para pegar mis trozos rotos.

martes, 1 de mayo de 2012

Envidia

Oh, si tuviera esos rizos tuyos, mi lady.
No necesitaría llevar este cuchillo en la mano.
Oh, si tuviera esos ojos tuyos, princesa.
No necesitaría rehuir las miradas.
Oh, si tuviera esas piernas tuyas, querida.
No tendría que arrastrarme por el suelo todo el día.
Oh, si tuviera esos labios tuyos, mi niña.
No tendría que fingir una sonrisa.
Si tuviera esos rizos tuyos, esos ojos tuyos, esas piernas tuyas, esos labios tuyos, no tendría que arrancarlos uno a uno de tu cuerpo para poder seguir con vida, oh, no, no tendría que hacerlo.
No tendría que arrancar tus rizos, ni sacar tus ojos, ni cortar tus piernas, ni rajar tus labios, oh, no, no tendría que hacerlo.
Pero tú tienes esos rizos, esos ojos, esas piernas, esos labios... y yo no.
Yo no tengo nada de lo que tienes tú.
Así que te lo voy a quitar todo, para que nadie te mire.
Ni te sonría.
Ni te quiera.
Para que te sientas como yo y no me mires desde tus cuencas vacías con superioridad.
Ahora tú y yo estamos en el mismo lugar.
Ahora que estás a mi lado podemos ser amigas, pero antes no.
Ahora que eres como yo y todos te odian puedo tolerar tu existencia.