Entre luces y sombras

Hoy no voy a empezar esta entrada con algo triste... (malas lenguas dicen que parece que me voy a suicidar)
Hoy no, porque el sol está tapado por las nubes y hace un frío que te pelas pero eso, más que molestarme me sienta bien.
No hay nada en mi camino, ni malo ni bueno y con eso me basta.
No he salido de la cama con ganas de comerme el mundo ni pensando que sólo iba a ser otro día malo como todos los demás.
Simplemente, no he pensado en nada, ni bueno ni malo, nada.
Para mí, hoy no hay pasado ni presente. Hoy escribo mi historia de nuevo.
Quizá mañana no sea así, pero eso ahora no importa.
Vivo cada momento de mi vida, tanto los buenos como los malos sin pensar en lo que pasará después.
Mi plan más lejano es mañana, por la mañana, cuando tenga que ir al instituto.
Y gracias a eso me mantengo viva.
Subsisto esperando.
Esperando que algo cambie fuera o dentro de mí, algo que me haga ver las cosas de otro color, no solo blancos, negros y grises.
Bendigo cada día que sale el sol para mí, (que no suelen ser muchos y se cobran caro cada sonrisa) aunque afuera esté nublado.
Eso es la máximo que le pido a la vida, un buen día dónde dejar de ser una pálida copia de mí misma.
Ver las cosas como son, de una forma muy objetiva, no ayuda mucho, la verdad, pero yo no soy de esas que prefieren vivir ciegas y felices.
Aunque eso tiene sus consecuencia.
La historia esté en saber vivir acarreando tus méritos y tus errores (estos últimos pesan un quintal...) y distinguir cuál es el mal menor a largo plazo.
Lo bueno de vivir como yo, sin espectativas de ningún tipo, es que difícilmente te pueden pillar con la guardia baja, ni siquiera estás en el terreno de juego.
Creo que esto es lo más "feliz" que puedo escribir, pero ya es algo ¿no?
Más que compartir mi felicidad (debe estar de vacaciones indefinidas porque nunca la encuentro)
quiero tener un recuerdo de un día bueno.
Hoy me he reído de todo y de todos (en especial del pobre Paco, el profesor de sociales de mi instituto) pero sin ofender a nadie, sin romper la fina línea que nos separa de los demás, sin hacer daño para obtener lo que quiero.
Para mí, eso es lo más importante. ¿Qué soy una estúpida? Sí, puede ser, pero en todo caso soy una estúpida todos los días. Al menos hoy estoy de tregua conmigo misma...