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lunes, 30 de enero de 2012

Veces


A veces...
A veces me gustaría permanecer en una habitación con un piano...
En penumbra...
Junto a una ventana sin cortinas ni persianas...
Presionando de vez en cuando una tecla y dejando que el sonido flote hasta que se apague...
Me da la sensación de que el piano es un alma melancólica y podría entender nuestro dolor.



Otras veces...
Otras veces me gustaría cerrar los ojos y dejar de escuchar cualquier sonido...
En la oscuridad...
Dentro de mi cama de sábanas de satén...
Tomando aire de vez en cuando y dejando que mis pulmones se vacíen por completo...
Me da la sensación de que la oscuridad es una confesora silenciosa y escucha nuestros pecados.

La mayoría de las veces...
La mayoría de las veces me gustaría sonreír con sinceridad...
A plena luz del día...
Entre las personas que me rodean...
Riendo con la seguridad de que estoy a salvo y dejando atrás el pasado...

Me da la sensación de que este mundo es el escenario de una trágica obra de teatro.

miércoles, 25 de enero de 2012

Lo que me hace sentir [Adele - Turning Tables]


A lo largo de estos últimos años (dos, tres, ya no me acuerdo) he estado persiguiendo algo.
Persiguiendo algo que estaba dentro de mí, algo que me llamaba poderosamente, algo que gritaba en mi interior para que lo viera... Algo llamado "felicidad".
Es extraño... Llegó un punto en el que creí alcanzarla.
Hubo un momento en el que nos dimos la mano, en el que nos fundimos, en el que nos abrazamos. Sé que ese momento existió, lo sé.
Sé que tras días de lucha, hubo esa unión.
Este mismo blog es una muestra de ello.
Pero llegó un momento que, en ese abrazo, al precio de mantener como fuera ese nexo, perdí otra parte de mí.
Una parte de mí poco deseada, una parte ineludible, algo que tira incluso más fuerte... algo que va tatuado a mi piel y que no hay manera de borrar.
Ese algo se llama "melancolía".
La melancolía es como la hoja de pegamento en el que atrapamos a las moscas hasta que mueren. Una vez se fija a ti, por más que tires no saldrá.
De pronto, perdí pie.
Sé que lo mismo que había llegado, la felicidad se fue, se escondió de nuevo en los recovecos de mi alma. Sé que es culpa mía. Me distraje. La descuidé, la ignoré. Me distraje.
Ese nexo era tan frágil que bastaba un segundo mirando al otro lado para perderlo para siempre.
Bueno, no para siempre, pero ahora el camino que recorrí queda cada vez más distante. Retrocedo. Bajo escalones.
¿Dónde estoy?
¿Más arriba o más abajo que al principio?
Creo que perdí mi identidad a cambio de esa felicidad.
O quizás la pierdo cada vez que me miro al espejo y me pregunto si merece la pena seguir sonriendo.
Tengo la impresión de que nunca ganaré este pulso.
Ambas son yo, ambas buscan la luz y se abandonan en la oscuridad... Ambas...
Hasta que cambien las reglas y una de ellas vuelva a ganar.

viernes, 20 de enero de 2012

¿Qué es "ser" humano?



¿Qué es más humano: sentir envidia hacia los demás o compadecerte sinceramente de su dolor?
¿QUÉ es más humano: el egoísmo que nos mueve a aplastar a los otros o las lágrimas que caen cuando te sientes culpable al mirar a los ojos de la miseria y saber que vives mejor?
¿QUÉ ES HUMANO?
¿QUÉ ES SER HUMANO?
¿Alguien lo sabe?
¿No corrompemos o simplemente nos volvemos más auténticos?
Que alguien me lo diga, por favor.
Estoy harta de llorar por el dolor ajeno, de sentirme culpable por el dolor ajeno, de sacrificarme por el dolor ajeno.
Estoy harta de pensar que debería aplastar a quien se ponga en mi camino, que debería ser lo único que estuviera en mi mente, que debería usaros como si fuerais un juguete.
Estoy harta de sentir que soy una loca utópica en medio de una aplastante realidad.
Así que, por favor, que alguien conteste mi pregunta.
Quiero girar hacia el lado correcto de la humanidad ahora que tengo tiempo de cambiar.

domingo, 15 de enero de 2012


Ahí vienen las palabras, un río ácido de sangre y lava. 
Van empapadas de recuerdos y lágrimas, de sal en heridas ya cauterizadas.
Atraviesan campos de hielo y amapola, rompen las esquirlas del alma y queman sus pedazos en el seno de un abrazo mortal.
Ahí van las palabras alegres que rompieron tantos corazones. 
Por ahí se esconden las promesas que se llevó el viento, las que nacieron muertas y las que nunca se harán realidad.
Ya se hunden las palabras de ánimo entre mentiras piadosas y las oraciones entre la falsa fe y la cruda realidad.
Por ahí se marchan las palabras no entendidas y malinterpretadas, la desidia y la desdicha, el abandono y la soledad.
Se hacen hueco las malas canciones, se olvidan las tristes emociones, se apiñan las buenas intenciones.
Por ahí desembocan los ríos de palabras inadecuadas, los de poemas no leídos, los de tiernos melodramas.
Se juntan en mismo afluente el acero y la rabia, las torres que caen y las malditas coronas cubiertas de sangre mugrienta.
Las palabras de amor ya están sufriendo su entierro en las orillas del destino, la prístina y argentina amistad sangra por las palabras que la destruyeron y, mientras tanto, los preceptos morales se suicidan con el amargo puñal del dolor desterrado.
En los ríos que desembocan en la muerte, en los cementerios de asfalto sembrados de aire, mueren las palabras, mueren los recuerdos, mueren los caídos crespones.
Morimos nosotros, en verdad.
Las carnívoras palabras son las que narran nuestro funesto final.

miércoles, 11 de enero de 2012

Amantes de la hipocresía [Seether - Fake it]



Amantes de la hipocresía, hoy es vuestro día.
Soy una de vosotros ya.
Os ha costado, pero lo habéis conseguido.
Esta brillante sonrisa en mi cara es una gran mentira.
Ahora mismo me pregunto dónde ha quedado últimamente mi moral.
Sí, moral. Yo tenía de eso, ¿sabes? Alguien ha debido meterla en ácido para que se disuelva, o la ha cubierto de pintura negra o se la ha metido en un porro para fumársela.
Yo que sé.
Ni siquiera me queda dignidad.
Ni fuerzas.
Ni ganas.
Solo una intensa inquina contra mí misma, ganas de tirarlo todo a la mierda, de dibujar y de olvidar lo dolorosa que es a veces una sonrisa.
Ya no quiero irme de aquí y sé que no puedo volar.
Sé que ya no esperáis nada de mí y he asumido que no merezco la pena.
No me llaméis pesimista, esa palabra está completamente pasada de moda.
Tampoco me llaméis realista, ese cielo negro es demasiado hermoso y esa mañana brillante y fría como el filo de una navaja es demasiado dolorosa como para llamarse realidad.
No espero jodidos cuentos de hadas, solo quiero tranquilidad.
Dejad de restregarme el futuro por la cara.
Iros todos a la mierda.
Me dais náuseas.
Seguiré aquí donde me dejasteis tirada, bebiendo agua para engañar a mi cuerpo y no ponerme a llorar.
De puta madre, amigos.
Buenas noches y buena suerte.
A todos.
Que alguien os ampare, porque de esta eterna noche no saldremos con vida jamás.

domingo, 8 de enero de 2012

Lo que queda tras la despedida

           Ahora que mi casa está llena
                      de tu recuerdo,
                     ¿cómo me escondo de tu presencia?
                     ¿Cómo olvido tu esencia?
                     ¿Cómo borro tu rastro de mi piel?
                     ¿Cómo respiro?

    Ahora que mi espejo
          solo muestra tu reflejo,
         ¿dónde veré mi propia imagen?
         ¿Dónde encontraré el beso perdido?
         ¿Habrá un rincón del que te hayas ido?

                 Ahora que ya no estás
                                  ni en mi casa ni en mi espejo,
                                 ¿en qué lugar hallaré nuestro futuro?
                                 ¿Qué esquivo momento disfrutaremos?
                                 ¿Qué parte sellarás con una esquirla de hielo?

¿En qué plaza habita nuestro común divisor?
                                                                            En el ático del pasado compartido.