Todo el mundo tiene en su interior puertas que no puede
abrir, habitaciones en las que no puede entrar.
Todo el mundo tiene cicatrices, heridas.
Todo el mundo tiene grapas en el corazón y puntadas en el
alma.
Todo el mundo tiene tras de sí una carga pesada.
El que olvida, un vacío.
El que recuerda, una escena.
El que ignora, un fantasma.
El que se niega, una frontera.
Todo el mundo tiene en su interior puertas que no puede
abrir, habitaciones en las que no puede entrar.
Hoy he extendido mis manos al cielo con los ojos
encerrados y no he sentido nada.
Solo un terrible vacío y soledad.
Porque todo el mundo tiene habitaciones en las que no
puede entrar.
He caído bocarriba, he mirado al techo y he visto su
blancura invernal.
He sido consciente de que respiraba y me he sentido
lejos, apartada.
He tocado el muro de cristal y he regresado a la
realidad.
Porque todo el mundo tiene puertas que no puede abrir,
habitaciones en las que no puede entrar.
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