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viernes, 30 de marzo de 2012

Eternidad

Luz, el brillante lamento de una mirada.
Instante congelado en el tiempo.
Espera.
Lluvia férrea recorre
las calles de tu amargura.
Río que nace en tu alma
y se pierde
en la estepa de tu memoria.
Un fogonazo, una chispa.
Esa sensación caída al vacío.
Remonta.
Escaso suspiro en la madrugada
que empaña los cristales de tus ojos.
Frases sin sentido entre las olas.
El mundo enloquece.
¿Qué pasa?
¿Por qué se detienen nuestros latidos
en esta mala hora?
El tiempo se para.
Y se queda con nosotros en un bar
para tomarse unas copas.
Las primeras vacaciones de su historia.
El sonido enmudece
cuando tú pasas,
cuando tú escuchas,
cuando tú callas.
¿No es la eternidad algo
tan efímero
como este momento
que se congela?
¿No es la soledad
tan real
como este carámbano de hielo
que se fragmenta?
¿Qué queda sino soledad
eterna,
efímera eternidad,
tiempo roto en los cristales,
volar?

lunes, 26 de marzo de 2012

Inside (Tras la línea) ll 1 ll


“Mathew, ¿dónde estás? Mathew… ¡Mathew! Ma…”


Hola, “yo”. ¿Cómo estás?
Muerta, ¿no?
¿Ah, sí? ¿Y cómo puedes hablar, eh? ¿Por telepatía de ultratumba?
Porque tú también estás muerta, tonta.
Cierto. Tú eres yo después de todo, ¿verdad?
Sí, soy tú.
En fin…
Hola.
No tienes mucho que decir, ¿eh?
¡Shh, calla! Oigo sirenas. ¡No estamos muertas!
¿Sí? Qué guay, ¿no?
¡Sosa! ¡Deberías estar supercontenta!
Ya, ya…
Ahora que lo pienso, ¿y Mathew? Iba con nosotras en el coche, ¿verdad?
Puede que esté vivo. El coche dio en el asiento del copiloto, no en el del conductor.
¡Mathew! Justo cuando íbamos a…
Mira, nos levantan.
¿A dónde nos llevan?
Al hospital, tonta, al hospital. O a la morgue, nunca se sabe.
¡Ni digas eso!
¿Por qué? ¿No se supone que habíamos muerto, señorita sabelotodo?
¡Jo, no seas mala! Aún nos entra luz a los ojos. Eso es que no nos han tapado con esas mantas tan horribles, ¿no?
Bueno, lo mismo estamos en coma. Todo es posible.
¿En coma? ¿Cómo sabremos qué ha sido de Mathew si estamos en coma?
No te preocupes, parece que lo oímos todo muy bien. Seguro que nos cuentan algo.
¿Y mamá? ¿Cómo le haremos saber que estamos bien?
No podemos. Tendremos que esperar que esos matasanos no exageren demasiado.
¿Qué pasa?
Tengo miedo.
¿De qué?
De no despertar.
Creo que eso no está en tus manos, querida.
¿Tú quieres despertar?
No sé. ¿Estudiaste para el examen de mates?
¡Ah! Pues no. ¿Qué entra?
Qué más da. No creo que podamos hacerlo mañana

viernes, 23 de marzo de 2012

Inside (Tras la línea) Prólogo

Vemos luces.
Vemos sombras.
Vemos sangre.
Vemos fuego.
Vemos dolor.
No nos vemos.
Y por primera vez, nos vemos entre nosotras.
Ya no eres solo la voz en mi cabeza.
Ahora me miras, me muestras mi imagen en un espejo imperfecto, no sonríes.
Yo sí.
Yo no.
¿Yo?
¿Hemos estado tan separadas alguna vez?
Veo miedo en tus ojos. Miras a tu alrededor y sientes pánico.
Luego ya no sentimos nada.
Porque ya no podemos ver, solo oír.
Y todo a lo lejos, desde un muro.
Hace frío. Mucho frío. ¿Dónde estamos?
"Vaya por Dios. Nos hemos muerto."

viernes, 9 de marzo de 2012

La clave



La clave del ser humano está en avanzar hacia el futuro sin olvidar el pasado, en un perfecto equilibrio entre tradición y modernidad.
No reniegues de donde vienes.
No te ancles en el pasado.
No creas que el progreso es la solución.
No pienses que cualquier tiempo pasado fue mejor... porque no lo fue.
Puede que eso del punto medio parezca una estupidez en un temario, pero hay verdades que nunca mueren, y esa es una de ella.
No puedes perder tus raíces, porque son las que te hicieron como eres. Sin raíces, volamos demasiado alto, demasiado lejos, y nos alejamos de nosotros mismos, del mundo.
Si estamos siempre en el mismo sitio, no vemos nada. Nos convertimos en un cristal opaco que no deja pasar la luz, nos pudrimos por dentro, nos extremamos.
Mira a esos científicos que construyeron un día las bases de la bomba atómica.
Mira a esos hombres que defienden el nacionalismo, imperialismo, machismo, (y casi todo lo termina en -ismo y es malo, si lo piensas), negándose a contemplar otro punto de vista.

Y aunque parezca mentira, ambos tienen algo en común.
Los soldados anticuados usan los progresos de la ciencia, de eso se alimenta para poder seguir avanzando.
Ambos lo olvidan todo excepto sus pretensiones.
Olvidamos a la Tierra (o la tierra propia), olvidamos los errores, olvidamos la moral.
Yo no quiero morir a un lado del tiempo. Quiero vivir en ese armónico punto medio.
Los griegos nos pillan lejos, pero eran hombres, al fin y al cabo, y la vida es un eterno círculo, ¿no?