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viernes, 9 de marzo de 2012

La clave



La clave del ser humano está en avanzar hacia el futuro sin olvidar el pasado, en un perfecto equilibrio entre tradición y modernidad.
No reniegues de donde vienes.
No te ancles en el pasado.
No creas que el progreso es la solución.
No pienses que cualquier tiempo pasado fue mejor... porque no lo fue.
Puede que eso del punto medio parezca una estupidez en un temario, pero hay verdades que nunca mueren, y esa es una de ella.
No puedes perder tus raíces, porque son las que te hicieron como eres. Sin raíces, volamos demasiado alto, demasiado lejos, y nos alejamos de nosotros mismos, del mundo.
Si estamos siempre en el mismo sitio, no vemos nada. Nos convertimos en un cristal opaco que no deja pasar la luz, nos pudrimos por dentro, nos extremamos.
Mira a esos científicos que construyeron un día las bases de la bomba atómica.
Mira a esos hombres que defienden el nacionalismo, imperialismo, machismo, (y casi todo lo termina en -ismo y es malo, si lo piensas), negándose a contemplar otro punto de vista.

Y aunque parezca mentira, ambos tienen algo en común.
Los soldados anticuados usan los progresos de la ciencia, de eso se alimenta para poder seguir avanzando.
Ambos lo olvidan todo excepto sus pretensiones.
Olvidamos a la Tierra (o la tierra propia), olvidamos los errores, olvidamos la moral.
Yo no quiero morir a un lado del tiempo. Quiero vivir en ese armónico punto medio.
Los griegos nos pillan lejos, pero eran hombres, al fin y al cabo, y la vida es un eterno círculo, ¿no?

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