Páginas

sábado, 14 de abril de 2012

Y, mientras, llueve...

Me golpea la dura realidad.
Llueve dentro de mí y todo está frío.
Cierro los ojos y me veo ahí, de pie, reprochándome tantas cosas con la mirada...
Llueve porque estoy sola...
Llueve porque no es suficiente...
Llueve...
Y no sale el sol, porque el sol quema...
Quema la lluvia, quema la ilusión, quema la esperanza.
Y llueve...
Ya me he quitado mucho lastre, ya he perdido muchos compañeros y aquí estoy...
Lloviendo por dentro.
Se me escurren las lágrimas entre la lluvia, lágrimas que no tienen motivos para llorar.
Ya no quiero avanzar.
No soporto esa silueta frente a mí, la sensación de que he nacido siendo adelantada por esa sombra...
Así que no quiero avanzar.
No es que acepte mi derrota, es que me niego a terminar la carrera.
Y aquí sigue lloviendo.
Y mi mundo se llena de agua y se ahoga...
El mundo se vuelve azul y pesado...
Ahí sigo yo, reprochándome todo...
Pero me convierto en burbujas y desaparezco.
Todo se llena de agua. Agua, yo, agua...
Y llueve...
Y no dejo la lluvia salir...
Porque no quiero que el mundo vea mi realidad.
Y mientras dentro llueve, afuera hace sol. Nadie ve el agua en mis pupilas.
No sienten el desborde.
No notan el vacío.
Y me hundo en la lluvia...
Me hundo en una lluvia que nunca termina. Una lluvia de la que nunca saldré.
Nunca sabré lo que es no estar mojada de dolor, hundida en el resentimiento, perdida en la azulada oscuridad.
Me ahogo.
Sé que no puedo salvarme...
No puedo ser un pez, no puedo ser agua ni aire...
Solo puedo ser un vaso opaco lleno de agua...
Y, mientras, llueve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡No matemos a los árboles!