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lunes, 16 de febrero de 2009

La luz de mi vida III

Y el esperado final llegó...



El miércoles no apareció. Fui muy consciente de que me había acostumbrado a Sara y me sentí un poco solo sin ella. Quizás yo no le interesaba. El viaje se me hizo largísimo y estuve de mal humor todo el día. ¿Cómo podía dejar que una chica me influyera de esa manera? ¿Me estaba enamorando acaso? La perspectiva no se me hizo muy alentadora, una chica como esa nunca se fijaría en un colgado como yo. Creí que nunca volvería a verla.

El jueves fue distinto. Iba con un vestido azul cielo, de volantes y una diadema en el pelo, que le daba un aire muy infantil.

Traía una rosa roja en la mano y parecía muy feliz. Un pinchazo de celos me atravesó.

Me disponía a retirarme elegantemente, alejándome del ridículo, cuando sentí una mano cálida en mi espalda. Me tendió la flor y me sonrió. Me sentí muy especial cuando comprobé que esa sonrisa era toda para mí. Los celos se evaporaron como si nunca hubiesen existido. La rosa no era el regalo de ningún novio, era para mí.

-Lo siento tanto… Me dolía muchísimo la cabeza y tuve que ir al médico. Al final el golpe era más grave de lo que esperaba. ¿Me perdonas?

-¿Cómo me preguntas eso? Soy yo el que debería disculparme. ¿Estás bien?

-Me han dado tres meses de vida.

Ella estaba muy seria. Me puse pálido como una vela. Sentía un agudo dolor en el pecho. No quería perderla antes incluso de conocerla. Me costó bastante pillar la broma.

Esa mujer me iba a dar más de un disgusto. Se echó a reír y me cogió de la mano, tirando de mí hasta nuestro rincón, cerca de la puerta.

Me puse a su lado, sonriendo, apoyado en la barra.

El tren se bamboleó, empujándola, chocando con un ruido sordo contra mí. Ella se puso de puntillas y me besó.

Desde entonces toda mi vida gira en torno a ella. Se la presenté a mis amigos, a mis padres, a toda la gente que conocía. Quería decirle al mundo entero lo mucho que la amaba. Ella es la luz de mi vida.

1 comentario:

  1. porfin la istoria acabada...
    luego dices q no te crees con oportunidades de ganar un concurso literario escribiendo como escribes.

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