Páginas

miércoles, 24 de agosto de 2011

Hasta que vuelva a despertar


Funesto humor el mío en estos días. Disculpe
el lector la vuelta a la etapa oscura de este blog,
pero será solo un momento.
En seguida vuelve la alegre yo.
Esto es solo para que os entretengáis hasta que siga con
lo mío.
Chau-Chau.



La vida es un eterno círculo.
Supongo que es difícil huír de lo que somos.
Y yo soy como soy.
Logré esconderme de mí misma un tiempo,
pero al final me vuelvo a encontrar.
Y ahora, cara a cara conmigo misma, no sé qué decir.
¿Este ahogo es normal o me estoy muriendo?
No, es mi alma la que se muere.
Es el silencio lo que me mata.
La huída del ruido y la sublime búsqueda del triunfo
y la soledad.
Son mis esperanzas las que me apuñalan por las espalda.
Son mis amigas las que traicionan mi confianza.
Mi amiga la música y su hermana, la literatura.
No, no debo echarles a otros la culpa de mi muerte.
Esto es suicidio.
¿O asesinato?
Lo mismo, en el fondo.
Demasiado duraba la alegría.
Algo he descubierto en este rato y es que ser feliz
gasta energía.
Así que en realidad no soy infeliz, solo me he cansado.
Necesito un descanso y luego volveré a ser la misma, ¿no?
Pero... ¿Cuánto durará el descanso? ¿Toda una vida,
como el último?
No, no, ya será menos. Solo una década o dos.
Se me va el dedo al acorde menor, ¿es un presagio?
Qué más da. No creo en el destino ni en los hados.
O sí, tampoco es muy relevante, después de todo.
Ahora me doy la espalda, tiro la toalla y abandono.
Regreso al cálido abrigo de la oscuridad.
Apago la luz y cierro la puerta. Cierro los ojos
por si aún queda un resquicio de aurora y me abandono a
la nada.
No se está tan mal.
Solo se oye mi voz en la habitación vacía de mi corazón,
imitando intermitentemente un perdido tic-tac.
Buenas noches, amigos.
Hasta que vuelva a despertar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡No matemos a los árboles!