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jueves, 26 de agosto de 2010

El entierro del verano


En esto que se me bajan las descargas de manga, voy a hacer una reflexión.
Sí, voy a encarar el gran problema que tenemos todos ahora mismo.
Sí, admitámoslo.
Se acabó el verano.
Ya no habrá más siestas sin fuste, sólo para pasar el rato.
Ya no habrá tandas enteras de ocho horas al ordenador, ni ratos de decir "es que no tengo nada que hacer".
Se nos acaba agosto, señores, y con él, se van las tardes de amigos, la pisci (para quien vaya), el cine, las compras, los viajes o el trabajar (para los estudiantes que somos tontos y trabajamos en verano).
Ya no más conciertos horteras ni fiestas en los pueblos.
Los amigos nos vamos cada uno para nuestro olivo y esperamos con ansias el momento de reencontrarnos de nuevo con los otros mochuelos.
Pero este verano es aún más significativo, porque empezamos una nueva etapa, con el bajón de septiembre de por medio, deseando que las navidades se adelante, que nieve mucho para no tener clase, y que los exámenes sean cada vez más fáciles en vez de más difíciles.
Que no, que tres meses no son suficientes.
Pero la vida es así.
A conocer a gente nueva en la prisión educativa, y a dar lo mejor de nosotros mismo, se ha dicho.
Espero que todo hayamos tenido un verano alucinante (el mío lo ha sido, desde luego) y que nos dejemos llevar por la pereza los últimos días de descanso que nos quedan.
¡Carpe Diem! (mientras puedas x3)

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