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lunes, 2 de noviembre de 2009

Corre

Corro, alejándome de un pasado lleno de espinas, en busca de la cálida indolencia de la ignorancia.

Corres, ocultando tus defectos bajo kilos y kilos de maquillaje, falsas sonrisas y mentiras.

Corre, ignorando todo lo que no le parece importante.

Corremos, todos juntos, en una misma dirección, huyendo.

Corréis, escondiéndoos, riendo sin reparos la desgracia ajena.

Corren, atravesando las barreras de hielo de sus almas.

Pero antes… una pregunta.

¿Qué haremos cuando ya no quede espacio posible para la ignorancia, cuando no podamos esconder nuestros defectos ni ignorar lo que no nos importa?

¿Qué pasará cuando nos separemos y atravesemos todas las barreras?

¿Qué quedará cuando ya no haya ningún lugar por el que correr?

Que nos quedaremos quietos.

Entonces… ¿para qué correr?

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