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viernes, 4 de noviembre de 2011

Amaneceres sombríos



Los ángeles lloran esta noche

terribles presagios traen sus lágrimas

arden las flores secas y marchitas

derrite el miedo su capa de escarcha.




Madre, el cielo se inflama

llueven túnicas heridas y ajadas

de los santos que una vez estuvieron con vida

y se derrama una nota triste de corneta

al paso de una fúnebre comparsa.


Madre, el frío cala en los huesos

esqueletos vacíos saludan mi llegada

carcasas trémulas de un pasado incierto

alcobas vacías de un presente errado.


Madre, en el valle ya no hay luces

no hay candiles encendidos junto a las puertas

se ha apagado la hirsuta llama de la esperanza

yace herida de muerte la valentía.


Madre, el tiempo se detiene

ya no corre el reloj ni sus agujas

se oye un clamor desierto en ninguna parte

los árboles ceden al bosque y se hacen trizas.


Hijo, nunca nacerás en tierra yerta

no habrá sol que alumbre amaneceres tan sombríos

no habrá luna que alumbre noches tan cerradas

luz y noche perdidas en la nada.


Hermano, morirás en campos vacíos de batalla

Los soldados coronarán con rosas tu muerte

El sol se inclinará ante tu ausencia en el ocaso.

En tu tumba nacerán las flores de la desidia.


Madre, hijo, hermano, no hay esperanza

No hay luz, no hay sol, no hay nada

Matamos la emoción con las sonrisas

Fusilamos lo efímero con las palabras

En tierra regada con sangre solo crecen amapolas.

2 comentarios:

  1. Me gusta, me gusta mucho Martita, no puedo decir que te superaste puesto que es realmente dificil hacerlo.
    Muchos besos y un graaa(...)aaandisimo abrazo, de tu anonima seguidora,a la que, aunque hace siglos que no ves, conoces :]

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  2. Por muy mal que vayan las cosas... siempre hay "algo"... Aunque a veces no podamos verlo.

    Me alegro de que te halla gustado mi entrada ^^

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¡No matemos a los árboles!