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lunes, 12 de abril de 2010

Campos de girasoles [poesía]


¡Mírame!

[Aquí arriba]

sobre las nubes de espuma traslúcida

Y lucida,

Tras la apariencia de una joya mortecina

la bella reina de una corona de espinas.


¡Escúchame!

[gritarte con dureza]

Lima con indiferencia tus asperezas,

Y reza,

Por un final lejos del dolor que se oculta en la maleza

De tus sueños y tus rarezas.


¡Llora!

[Ahora]

Cuando el viento no susurre tu nombre

Y nuestras batallas perdidas solo sean

Paredes de papel que vuelan con mal gusto en nuestra ventana.


¡Vive!

Es el compás de la desesperanza de un mundo

[que anda]

Demasiado deprisa para cabezas soñadoras

[como nosotros]

Que duermen en la espera de los tiempos pasados,

[que fueron mejores]

Y se esconden del miedo en la luz que les atropella.


¡Habla!

Porque no soporto tu silencio envenenado,

El sol naciente que muere entre tus labios,

los girasoles muertos que se inclinan ante el ocaso

[O ante tu paso.]


¡Sufre!

Enjúgate las lágrimas y mézclalas con tus esperanzas

[perdidas]

Y las gotas de tiempo que mueren

y lloran en los ojos de cristal de tus muñecas cada vez que respiras.


¡Busca la verdad!

Porque el tiempo [como el viento],

a veces se para, y

[otras veces]

va más deprisa que la luz que se encalla en la playa de tu esperanza.


Mira a tu alrededor y llora,

escucha,

Vive,

Habla,

Sufre,

busca la verdad,

y regala tu sonrisa.

Riega los campos con tu yerma hermosura

Y planta esperanzas en los corazones helados,

Llenos de tierna ansiedad enfebrecida de adolescente alocada, amargada.

1 comentario:

¡No matemos a los árboles!